Receta de torrijas al horno para chuparse los dedos

 

¡Cuántas veces hemos querido compartir esta receta de torrijas al horno!

Con la Semana Santa a la vuelta de la esquina ya estábamos tardando en subir esta increíble receta de torrijas al horno. Qué queréis que os diga, era algo que necesitábamos hacer. En Bronze & Mora todo lo que rodea a este fabuloso postre es materia de sesudas indagaciones porque somos fanáticos hasta la irracionalidad.

Cuando decimos ‘receta de torrijas al horno’, nos referimos a torrijas de leche, evidentemente. Como tenía que haber de todo, hay quien decidió infusionar torrijas en vino. También hay gente que mata, qué le vamos a hacer. Para nosotros las únicas torrijas que valen, con perdón de reputados chefs y estrellas del fogón, son las de leche (fritas o al horno, por supuesto), sabiamente infusionadas con canela, piel de naranja y limón. Obra maestra culinaria, dogma incuestionable en Bronze & Mora. Amén.

La receta de las torrijas al horno al estilo Bronze & Mora es bastante más saludable que la versión frita porque requiere menos aceite en su elaboración. Usar menos aceite, además, nos permite emplear un AOVE de categoría, lo que redundará en un sabor mucho más conseguido. Podemos escoger a un temprano (picual, hojiblanca, etc.) con toda su potencia o un frutado maduro más dulce y suave (arbequina, argudell, arbosana, manzanilla, etc…). Para gustos los colores, pero hacednos caso, escojáis el aceite de oliva virgen extra que escojáis, no escatiméis porque el resultado final merecerá la pena.

En esta ocasión hemos decidido emplear nuestro espectacular picual temprano envasado en octubre.

Ingredientes de la receta de torrijas al horno

  • 1 bolsa de de pan brioche especial para torrijas (de venta en hipermercados, supermercados y pastelerías).
  • 2 litros de leche fresca entera por bolsa de pan (sobrará pero la utilizaremos para conservar las torrijas sumergidas).
  • 4 huevos.
  • 100 ml. de Oporto.
  • 1 o 2 palos de canela en rama buena.
  • Piel entera de 2 naranjas.
  • Piel entera de 2 limones.
  • Canela molida a voluntad.
  • Opcional: Unas gotitas de esencia de vainilla.
  • 200 gr. de azúcar, aunque la cantidad final dependerá de vuestro gusto.
  • 75 ml. de aceite de oliva virgen extra bueno (temprano o maduro según prefiráis).
  • Unas cuantas hojitas de menta para decorar.

 

El secreto está en… ¡la infusión!

Decíamos que algún/a sacrílego/a osó infusionar esta obra maestra con vino, pero aquí no cometeremos tamaña tropelía. La leche infusionada es un paso imprescindible, y de ella dependerá el 50% de la receta, como mínimo.

Comenzaréis lavando dos naranjas y un par de limones. Secadlos bien y empezar a retirar la piel de ambas frutas. Para ello, tenéis que cortar una capa muy muy muy fina, evitando, en la medida de lo posible, la parte blanca que une la piel con la carne. Tomaos todo el tiempo del mundo, hacedlo despacio y, si habéis cortado bien, obtendréis una cáscara extremadamente fina. Reservad las pieles con las ramas de canela.

Podéis ir calentando los dos litros de leche fresca, pero no la llevéis hasta el punto de ebullición; retiradla del fuego justo antes de que empiece a hervir y añadid las pieles de naranja, de limón, las ramas de canela y los 100 ml. de vino de Oporto. Si queréis echarle las gotitas de esencia de vainilla, éste es el momento. Revolved un poco la mezcla. También podéis poner un par de cucharadas soperas de azúcar en la infusión, aunque nosotros preferimos no hacerlo (las rebozamos al final con azúcar y con eso ya debería ser suficiente). Dejamos reposar la infusión (como mínimo 10 minutos) y, con la leche tibia, pasamos a la siguiente fase.

receta de torrijas al horno con detalle de leche infusionada y aceite de oliva

Con esta receta, os vais a chupar los dedos.

 

¡Zafarrancho de combate, a calentar el horno!

Metedle caña al horno. Si tiene grill, seleccionadlo. 250º C, a tope. Coged la bandeja, forradla bien con una primera capa de papel de aluminio para que os resulte más fácil limpiarlo todo cuando terminéis y, justo encima, colocad una capa de papel de hornear. Ahora coged la botella de vuestro aceite de oliva virgen extra favorito y verted unos 50 ml. sobre la capa de papel de hornear. Extendedlo bien para que empape toda la superficie. Dejad la bandeja a mano.

Leche, huevos y pan brioche… ¿Qué puede salir mal?

Empieza la diversión. Tomaremos un par de cuencos o platos hondos de buen tamaño y la bandeja del horno para poder trabajar cómodos.

1º) En el primero echaremos una generosa cantidad de leche infusionada.
2º) En el segundo batiremos con brío los 4 huevos.
3º) La bandeja del horno será el ‘aparcamiento final’ donde iremos colocando las rebanadas de brioche empapadas una por una.

Empleamos este orden porque así es como vamos a empapar las rebanadas de pan brioche. Tomamos la primera rebanada para sumergirla en el cuenco de la leche sin miedo. Dejad que empape bien, sin prisa. Que chupe toda, toda y toda la leche con calma. ¡¡¡OJO!!! Si veis que el pan tarda en empapar, podéis apagar el horno y dejar todos los trozos infusionando en la leche el tiempo que haga falta (15, 30 , 45 o incluso 1 hora, no hay prisa). Acto seguido, pasamos cada una de las rebanadas por el huevo. Mojadlas hasta el fondo, no os cortéis, y reservadlas en la bandeja del horno. Repetid la operación rebanada por rebanada, una y otra vez, hasta que hayáis terminado.

¡Al horno con ellas!

¡¡¡Ja ja ja!!! Ya tenemos el horno bien caliente. Antes de meter la bandeja dentro, vamos a hacer una última cosa. Echamos un chorro más de aceite por encima de cada una de las rebanadas, repasándolas con un pincel de repostería. ¡Ahora sí, al horno con ellas! Si lo habéis puesto a 250 ºC, con 5-7 minutos debería de bastar. Pasado este tiempo, lo abrís para darle la vuelta a todas las rebanadas y dejáis otros 3 minutos más hasta que se hayan dorado. Ojo, no os paséis con el tiempo de horneado porque queremos evitar que se sequen en exceso. Sugerencia: podéis llenar de agua un bowl de pyrex o similar para cocarlo en la rejilla, justo debajo de la bandeja. De esta manera, garantizaréis la humedad en el interior del horno.

torrijas metidas dentro del horno

¡Ay Señor, cuántos milagros pueden obrarse en un horno!.

 

Rebozado en azúcar con canela en polvo

Mientras se hornean, tomaréis un tercer cuenco / plato hondo grande donde vais a espolvorear unos 200 gr. de azúcar blanco. Coged el tarrito de canela en polvo y echad tanta canela como consideréis hasta conseguir una mezcla marrón. Tampoco os paséis con la canela, pero bueno, si es vuestra debilidad hacedlo como queráis.

Sacad las torrijas del horno y rebozadlas una por una en el azúcar con canela. Vuelta y vuelta, con alegría, sin miedo. Dejad que se impregnen bien de esa maravillosa e irresistible mezcla dulzona.

Almacenamiento con truco final

Para almacenar las torrijas, lo ideal es tener un par de tuppers grandes donde sepamos que nos van a entrar todas. Si habéis seguido la receta correctamente, debería haber sobrado más o menos unos 750 ml. de leche infusionada. Pues bien, rociaremos esta leche sobre las torrijas almacenadas en sus tuppers hasta arriba. Si en lugar de 2 litros teníais más infusión no os preocupéis, echadla toda. Las torrijas se empaparán dentro de la misma y el resultado, al día siguiente, será escandaloso. A la hora de servir, podéis poner unas hojitas de menta encima de cada torrija, o incluso una buena bola de helado de vainilla.

¡En fin, esperamos que os haya gustado esta receta de torrijas al horno!

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